7 de agosto de 2024
EL MUÑECO DE CARTÓN
Un balcón amplio, casi terraza, un poyete delante de la baranda que da al vacío. Un esterón de esparto hace de toldo. Una niña juega. Tiene entre sus manos un muñeco calvo, rígido, de cartón presumiblemente. Sobre el poyete una palangana y un trozo de pastilla de jabón.
NIÑA. ¿Estás tú triste? ¿Estás triste? Sí. (Se saca saliva de la boca y le embadurna los ojos al muñeco). Pero no llores, no llores, bonito. Si yo te quiero mucho. Yo soy tu mamá y te quiero. Ea, ea, soy tu mamá y te quiero. (Lo acuna). ¡No llores más! (Le pone más saliva en los ojos).
¿Qué te he dicho? ¡Te la estás buscando! (Le da un bofetón al muñeco) ¿Lo ves? Ahora estás llorando con razón. Llora, llora, no sé qué vas a dejar para cuando yo me muera. ¿No quieres comer? ¡Me tienes harta, ven aquí! (Lo vuelve de espaldas sobre sus frágiles rodillas y lo azota en el culo).
MADRE. (Su voz) ¡Nievita, Nievita, ¿qué haces? ¡Ven a comer!
NIÑA. (La niña azota al muñeco con más ganas). ¡Ay, Dios mío, yo no sé qué hacer con esta niña (Lo azota)! ¡Me vas amatar a disgustos! ¡La mayor y la peor! Tus hermanos son más chicos y son más obedientes!
Le da la vuelta al muñeco. Coge unos garbanzos secos, trozos de pan duro, ramitas de geranios e intenta meterlos por la boca al muñeco.
¡Que comas, he dicho que comas, come, abre la boca, traga, mastica!
El cielo se oscurece de pronto y empieza a llover, Nieves no parece advertirlo, sigue empujando “la comida” entre los labios cerrados del muñeco mientras continúa con su monólogo.
¡Y que sepas que estás castigada, el domingo no te vas a casa de Mª Dolores! ¡Y este verano nada de casa de la abuela, esa, esa es la que te estropea; tantos mimos, tantos mimos!
Sigue con su actividad. El agua chorrea por las trenzas de Nieves, el muñeco de cartón empieza a derretirse entre sus manos. Ella, roja por el esfuerzo, lo aplasta mezclándolo con el arroz, los garbanzos, las lentejas, el pan...
¡Tonta, que eres tonta, mimada, niña mimada, no sé por qué dice la maestra que eres tan lista, ¿lista para qué?, ¿lista para qué? Nada más que para darle disgustos a tu madre, niña cabezota, egoísta! ¿Y yo qué? ¿Quién me cuida a mí?
El muñeco es solo una masa informe
MADRE. Nievita, hija, ¿estás ahí? ¡Ay, dios mío, cómo te has puesto! ¿Pero, qué haces? ¿Pero no ves que está lloviendo? ¡Ahora para que cojas un resfriado, es que me vas a matar a disgustos!
Le da unos azotes en el culo
¡Es que no se te puede dejar sola, tonta más que tonta! Muy lista, muy lista ¿para qué? Me vas a matar. Si te hubieras quedado con tus hermanos entreteniéndolos, pero no, ella quiere estar sola, absolutista, si fueras sol no calentabas a nadie. ¡Venga para dentro! (Le da otros azotes)¿Y el muñeco?, mira cómo lo has dejado. ¿Qué crees que lo regalan? Y ahora seguro que no quieres comer...
Madre e hija salen de escena. Antes Nievita vuelve su cara compungida hacia el público. Sigue lloviendo.
OSCURO
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